jueves, 12 de febrero de 2015

Ciboulette mon amour...

Oui oui... mmm... si... ta bien... así tiene que ser...
Ese quesito untable, que le pusiste un poco de ciboulette (o cebollín, o cebollino) y sal... se lo untás algo y queda.... ufff... ya estoy salivando groseramente.

El ciboulette tiene magia. No se porqué, no recuerdo cuando fue la primera vez que lo probé, ni con quién. Sólo sé que me gusta.
Tiene un sutil aroma a cebolla sin esa rusticidad. Tiene olor fresco, de verano, de liviano. No sólo es, sino que tiene nombre de "fina hierba".
No tiene nada que ver con el perejil, tan emparentado pobrecito con el ajo. Tampoco con el cilantro, que tanta gente lo rechaza por su olor a "chinche verde".

A mí me gusta el Ciboulette en ensalada, con queso, con pastas, con pollo, con papas, con pescado (con carne de vaca no porque le tapa mucho el sabor, la vaca al ciboulette).

Y encima es tan copado, que lo podes tener en una macetita y resulta ser muy generoso. Pero si te compras un atado, por ahí viene mucho y terminas tirando porque se pone feo. Por eso te cuento cómo lo podes guardar para que te dure mucho tiempo.

Ingredientes y/o utensilios
- Ciboulette
- Tijera
- Cubetera
- Agua y/o aceite (si te gusta el de oliva, DALE!)
- Cubetera
- Freezer o congelador.

Modus operandi
Siempre, pero siempre, lavar todo lo que sea verdura, y muy mucho si la comemos cruda.
Como generalmente el ciboulette viene con poca tierra y sin "bichitos" el lavado es sencillo. Recomiendo secar con repasador, un poquito, para que sea más fácil cortalo.
Ahora agarramos nuestra tijera amiga (yo tengo una que vive en y para la cocina) y vamos cortando el ciboulette. Puede ser corte chiquito o como de medio o un centímetro. A mí me gusta así, sino a probar cosas nuevas.

El secreto es cortar arriba de un pedazo de papel manteca, así después lo levantamos y ponemos directamente en la cubetera.
Y una vez cortado todo lo que queremos, lo ponemos en las cubeteras. Y... las podemos terminar de llenar con agua o aceite, depende del destino final. Yo prefiero poner todo en agua, pero cada maestrito con su librito.


Una vez hechos los cubos, los metes en una bolsita, así podes volver a usar la cubetera... y listo!!!


¿Cómo lo usamos?
Podes dejarlo descongelar en un colador de alambre finito si lo querés usar fresco para mezclar con queso untable o para ensaladas, o lo que se te ocurra.
Si hago arroz, después de colarlo, le hecho uno o dos cubitos de ciboulette (no importa que esté congelado) y un poco de queso untable y ñam...

Y sino, cómo se les ocurra, total... TENEMOS CIBOULETTE PA'TODO EL AÑO!!!

PIPÍ CUCÚ

A ciboulettear nomás, que es rico, aromático y sano.







No hay comentarios:

Publicar un comentario