París nos deja con un terrible metejón con la Torre Eiffel,
debemos tener unas 200 fotos. De día, de noche, con lluvia, con el bling bling
de las en punto, desde adentro, desde abajo y desde arriba.
Lo mejor de todo fue llegar a Gare du Nord, tomar el metro y
saliendo del mismo, ver la torre en primer plano. Quedamos embobadas.
Hicimos todo caminando, menos ir a Versailles! Subimos la
Torre por escalera, lo mismo con el Sacre Cour y Notre Dame. Caminamos por
Inválidos (que nos quedaba a un par de cuadras) hasta el Grand Palace, luego por
Champs-Élysées
hasta la Plaza de la Concordia. El Louvre es una patada artística e histórica
en la nuca, Montmartre es vivir el sexo sin culpas ni miramientos. El Barrio
Latino un mundo que no pudimos terminar de descubrir. La zona de la Bastilla,
un lugar lleno de exposiciones de artistas, cafecitos y un aire absolutamente
encantador recorriendo la Place des Vosges. Como somos ratas mochileras,
pasamos de subir al Arco del Triunfo y preferimos entrar a la Tumba de Napoleon
(en Inválidos) que tiene un complejo de museos muy copados.
Comimos todos los días una crêpe, dulce o salada, fue el mimo obligado
de este viaje. Recomendamos altamente una crêperie llamada Crepuscule (18, rue Amelie 75000),
edificio de por medio de nuestro departamento. Si llegan a ir, pidan “crêpe
avec pommes
caramélisées », la gloria. Tanto que fuimos sólo a repetir ese plato
nuestra anteúltima noche. Si, chanchitas, y qué !
Tuvimos la oportunidad de cocinar, y fuimos al supermercado
y a un mercadito a dos cuadras como si hubiéramos ido a Disney. Estamos
encantadas con París.
Nobleza obliga, debemos desmitificar ciertas cosas que nos
han dicho de los parisinos (y disculpen los que han tenido malas experiencias).
Llegamos a Gare du Nord y estábamos como bobas viendo el mapa del metro, cuando
vino una parisina y muy amablemente, nos ayudó a comprar los tickets. Luego,
cuando llegamos al departamento, no teníamos bien la dirección, y una señora
que entraba a un edificio, con toda la amabilidad del mundo y hablando entre mi
escuetísimo francés, su escuetísimo inglés y nuestras caras de desesperadas,
nos ofreció su celular para llamar a nuestro contacto para poder encontrarnos y
acceder al departamento. Tuvimos sólo un caso de “malos modos”, cuando
estábamos en una carnicería y el carnicero no hizo ningún esfuerzo por intentar
vendernos lo que queríamos comprar, con lo cual, buscamos otro lado y listo (y
que alguien no hable ni inglés ni otro idioma que no sea el propio no es tan
raro tampoco, pero le faltó un toque de onda). Asique, parisinos, nosotras los
desmitificamos.
Tips útiles:
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Hay baños públicos gratuitos
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El metro te lleva a todos lados
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Hospedarse a siete cuadras de la Torre Eiffel no
tiene precio, haces muchísimas cosas caminando y usas el metro para cosas
específicas nomás, con lo cual se ahorra mucho (1 ticket = 1,7 euros a octubre
de 2013).
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Al igual
que en Londres, podes pedir una garrafe (botella) con agua de la canilla en
cualquier lugar que te sientes a comer, y no tiene sabor a cloro.
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Creperies hay en todos lados (yeaaahhh!!!).
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Sacre Cour y Notre Dame son gratis. En Notre
Dame te cobran por subir al campanario, pero la vista lo vale.
Unos pocos tips, pero la lista es
interminable. Ahora a las fotos!
Michelín, París y yo
Nuestra primera compra en el super, una delicia!!!
Con el Sacre Cour de fondo
En la punta de la Torre Eiffel. No recuerdo si escuché mal, pero alguien dijo que hacían 2º C. Estábamos heladas!!!
Pero el atardecer valió la pena
Cuerpo a tierra!!!
Mercadito de lo más monono, con muchas cositas ricas!!!
Imposible resistirse a la foto con flores
Notre-Dame
La vista desde Notre Dame, arriba a la izquierda se ve la Torre Eiffel.
Una de las tantas lechoneadas, Croque Madame!
La pirámide del Louvre, foto sacada desde adentro del museo.
Desde el Trocadero!!!
Un mercadito de pulgas, divino! (aunque por los precios, deben ser unas pulgas muy pudientes...)
Los medios de locomoción cada vez más pequeños, en este Renault va uno adelante y el acompañante, atrás. Estacionan perpendicular al cordón y son eléctricos!
Una vistita de la inmensidad que es Versailles. No sólo que todavía me duele el cuello de mirar tanto para arriba, sino que sigo sin entender tanta fastuosidad.
Última noche: SOBRAS DE ARTE. Tortilla de fideos y queso (en honor a mi bisabuela), salteado de hongos varios (unas 6 variedades diferentes) con cerdo, ensalada de lechuga, cherries, brócoli, cebolla caramelizada y huevo (había que terminar los huevos), queso Camembert y queso de cabra gratinado.
Tip para los asquerositos: El queso de cabra tiene un aroma... mmm... digamos que muy a cabra (convengamos que el queso de vaca no tiene olor a vaca, si?). Entonces, a no asustarse. Nomás calentarlo (yo lo prefiero bien gratinado) y el aroma que para algunos puede ser desagradable baja de 10/10 a 3/10, y deja de ser molesto y fuerte.
Espero que disfruten este post!
Saludos!
Conito