Y si, 3º post consecutivo de comida marina, no lo puedo evitar... pero es que es todo taaaaaaaaaaaaan rico!!!
Este simple plato se hace, como las trillas, en media hora. Y este post lo hago, como mucho, en 20 minutos!
Empezamos?
Siempre poné agua a calentar, para la mayoría de los platos se necesita agua caliente en algún momento y ahorra tiempo tenerla lista de antemano.
Primero hacemos el risotto, que es lo que más tiempo lleva, el salmón es cuestión de minutos.
Para este masacote de arroz (así lo definió un compañero mío cuando estaba estudiando gastronomía), necesitamos un arroz especial, que largue mucho almidón. Las variedades clásicas para esto son el Basmati y Carnaroli. En su defecto, se puede usar Doble Carolina, pero no es lo mismo.
Rehogamos una cebolla mediana cortada en pedacitos (brunoise pa'los q entienden). Idem con un morrón chico, o medio grande, del color que les guste, si tienen de varios colores... mejor!
Yo tengo una gran aliada en todo esto, que es una olla de hierro que me regaló mi vieja.
Es la posta posta para este tipo de preparaciones, sino una antiadherente.
Mientras tenemos al morrón y la cebolla rehogando con aceite de oliva, en este momento, le tiro un poco más de medio caldito de verdura, así, sin diluir. ADEEEENTROOOOOO. Al toque se empieza a derretir y mezclar con todo, y empieza a tener sabor la cosa.
Cuando transparenta la cebolla, ahí mandamos 3 puñados de arroz (1 puño = 1 guarnición) y que se quede rehogando un toque con la cebolla. Hacemos esto para que la primera absorción del arroz sea puro sabor del caldo + oliva + cebolla + morrón. También es el primer shock de temperatura que tiene todo ese almidón, que ayuda a liberarlo.
Si alguien lee la receta de las DOMINGUEANDO: TRILLAS AL CHAMPAGNE, verá que me sobró un poco de champagne. Y acá es el momento de que cada uno le de su toque mágico. ¿Tenés un poco de champagne? ¿Vino blanco? ¿Tinto? ¿Tequila? ¿Vodka? Y si, la magia del Risotto es que es un masacote de arroz muuuuuy sabroso, y le podes dar tu toque personal. Con el fuego bien fuerte, cuando sentimos ese ruido de que "todo se está pegando", ahí en ese momento, ponemos un chorro (siempre es recomendable servir en una taza o vaso, y luego a la olla, y no directamente de la botella) de tu bebida alcohólica de preferencia. Si pones algo muy colorido como un tinto, te va a quedar oscurito, pero delicioso! y si no, te va a quedar clarito, pero delicioso tambien! Después de poner el líquido (si no queres alcohol, ponés directo agua) revolvemos. La magia empieza acá, y termina cuando alguien dice "Mmmmmm... qué rico este masacot... perdón! este Risotto!!!" Hay que revolver siempre que agregamos agua, y siempre escuchar cuándo el arroz nos pide más. Ojo que con la olla muy caliente el alcohol se puede prender fuego, asique hacemos todo desde una distancia prudencial.
Hacemos que absorba bien el arroz el agua, y luego sí, ponemos una cantidad como para que cubra el arroz un centímetro por encima, y dejamos que cocine. El fuego no muy fuerte, eh? Cómo diría yo a los que estan medio alteraditos: mansa la comadreja.
Mientras el arroz se va haciendo, agarramos el salmón y a trabajar! Antes que nada, a mí 200 gr me alcanzan y sobran, cada uno que vaya viendo cuánto le gusta comer. El salmón es un pescado pesado, sustancioso, consistente, lejos de la merluza que después te dan ganas de comerte un bife de chorizo con papas a caballo.
Si no sabés cómo sacarle la piel, pedi en la pescadería que la saquen. Es más fácil, y si te gusta la piel, sacale las escamas! Y lo que siempre tengo a mano es una pincita de depilar que uso para sacar espinas. La verdad que para el salmón lo ideal es una grandota que viene específicamente para sacar espinotas, pero todavía estoy en falta. Ya la compraré. (No te hagas el molusco, seguí cuidando el arroz...)
En una sartén con teflon pongo un poco de aceite de oliva, y pongo la posta de salmón. Tengo un condimento maravilloso que me trajeron de regalo de EEUU, una pimienta molida con cáscara de limón que es una delicia para esto, y sino, hay una mezcla de hierbas para pescado que viene con molinillo incluido que es lo más. De cualquier manera, el salmón a la plancha con sal, pimienta, y jugo de limón al final de la cocción es suficiente para mí. Dejamos cocinando a fuego bajo durante unos minutos...
... Volvamos al arroz.
¿Cuándo sabemos que el arroz está listo? Técnica sencilla si las hay es: agarramos un grano de arroz, y lo aplastamos contra el mango de la cuchara de madera. Si el centro se ve blanco está CRUDO, si no, está COCIDO!. Facilísimo. (No se olviden del salmón, pegale una mirada y si querés dalo vuelta).
Cuando está cocido el arroz apagamos el fuego. Es en este momento un arroz común y silvestre, con un sabor nada interesante peeeeeroooooo... Ponele 25 gr de manteca (un cuarto de pan) y un puñadote de queso reggianito o parmesano rallado. Y REVOLVÉ. Revolvé hasta que se disuelva la manteca y veas el queso integrado. Y si no te gusta el aspecto de lo que estás viendo, probalo un poco con esa cuchara de madera que estás usando desde que empezó la receta y contame... porque no te creo que no está rico, que digo rico... ESPECTACULAAAAAAR!!!!...
... FINALIZANDO...
Si el salmón todavía no está listo, no pasa nada. Tapamos la olla y esperamos hasta que el pescadito esté, son sólo unos minutos.
Si querés un toque más copado todavía, comprate unas almendras fileteadas y tostadas, o pelalas, cortalas y tostalas vos (ya pondré post al respecto).
Servite un salmón de put* madre con un risoto más rico aún, coronalo con un poco de almendras, pegale un beso al amor de tu vida y decile: MIRÁ LA PAVADITA DE COMIDA QUE TE HICE, JE!
Sírvase sin moderación.
Disfrute con un vinito, cerveza, o la bebida de su preferencia.
Ante cualquier duda, consulte con su paladar.
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